Parece que en la escuela primaria Griffin de Hull (Reino Unido) no tienen muy en cuenta aquello de la inocencia infantil. Los responsables de este centro educativo han acusado de racismo a un niño de sólo siete años por preguntarle a un compañero en el patio por qué su piel era más oscura.
Durante el recreo, Elliott Dearlove se acercó a otro menor, de cinco años, y le preguntó con naturalidad: “¿eres de color porque vienes de África?”. La escena, una aparentemente inocente muestra de curiosidad infantil, se convirtió en un peligroso brote de odio racial a los ojos de una de las profesoras, que corrió a denunciar el incidente a la dirección del centro.
Minutos después, la madre del pequeño Elliott recibía una preocupante llamada en la que se aseguraba que su hijo había participado “en un incidente racista”. Hayley White, de 29 años y trabajadora del Servicio Nacional de Salud británico, abandonó su puesto de trabajo y se dirigió al centro.
Durante el recreo, Elliott Dearlove se acercó a otro menor, de cinco años, y le preguntó con naturalidad: “¿eres de color porque vienes de África?”. La escena, una aparentemente inocente muestra de curiosidad infantil, se convirtió en un peligroso brote de odio racial a los ojos de una de las profesoras, que corrió a denunciar el incidente a la dirección del centro.
Minutos después, la madre del pequeño Elliott recibía una preocupante llamada en la que se aseguraba que su hijo había participado “en un incidente racista”. Hayley White, de 29 años y trabajadora del Servicio Nacional de Salud británico, abandonó su puesto de trabajo y se dirigió al centro.
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