NUEVA YORK.- Un juez de la Corte Suprema de Manhattan condenó el miércoles al dominicano Jonathan González Alvarez con 23 años de prisión, por el asesinato de un guardia de seguridad del restaurante La Casa del Mofongo en el Alto Manhattan.
González Alvarez, les dijo al magistrado y a los familiares de la víctima, Arsene Epouta, originario de Africa del Sur que estaba arrepentido por el crimen cometido el 27 de octubre del 2009.
Luego de una discusión en el interior del negocio con otros hombres, porque su novia bailaba con uno de ellos, el matador fue sacado por el guardia fuera del restaurante, pero en compañía de su cómplice Luis Almánzar, acuchilló varias veces al africano y una de las estocadas le atravesó el corazón.
González Alvarez y Almánzar, se entregaron días después del homicidio en medio de una cacería policial para capturarlos. Mientras el primero apuñalaba al guardián, el segundo sujetaba a la víctima para que no pudiera defenderse del sangriento ataque.
Tanya Means, la madre de los hijos de Epouta, estalló en llanto durante la lectura de la sentencia al leer una declaración en la que dijo que nunca quiso que sus hijos fueran huérfanos de padre. "El padre de mis hijos y yo, crecimos sin nuestros papás", añadió la africana.
"Ese ciclo ha continuado con su asesinato", expuso la pariente de la víctima. "Nuestros hijos se convirtieron en huérfanos, perdiendo a la figura paterna, el que los cuidaba y los mantenía", dijo refiriéndose a Jalian de 3 años y Alian de 9, ambos hijos del guardia ultimado.
"Ni en mis peores pesadillas, hubiera imaginado que llegaría a ser una madre soltera", exclamó. El Fiscal Adjunto Jefrrey Levinston describió el asesinato de Epouta como totalmente irracional y como un reflejo del carácter violento de González Alvarez. "Estoy muy arrepentido por lo que hice y me duele mucho, si ustedes me pudieran perdonar les pido una oportunidad", dijo el sentenciado mirando a los familiares del guardián africano.
La jueza de la Corte Suprema Ruth Picholz, negó la petición de clemencia al dominicano, diciéndole que el asesinato que cometió contra un hombre trabajador y padre de familia, fue irracional y atroz.
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